¡Lo que nos gusta un sarao! Y aquí, se nos vio el plumero. Teníamos que comunicar la expansión de la compañía y no nos quedamos solo en las palabras. Viajamos de verdad. Convertimos la recepción de la universidad en un aeropuerto, una sala de ponencias en un avión y las diferentes estancias del centro en tres maravillosos países. Al acabar, ¡hasta teníamos jetlag!